Los padres dan las gracias por las oraciones
Todos juntos hemos orado durante nueve días mientras 12 chicos de un equipo de fútbol y su entrenador se encontraban atrapados en una gruta de Tham Luang Nang, en Tailandia.
Finalmente, el pasado lunes 2 de julio, los socorristas lograron llegar hasta la gruta donde se encontraban los chicos y los encontraron con vida. Gracias a todas las personas que han orado junto a nosotros por estas vidas preciosas.
Uno de los chicos está apadrinado con Compassion. Uno de nuestros trabajadores en Tailandia ha hablado con sus padres.
“Gracias de todo corazón por todas las oraciones y los ánimos recibidos. Estoy agradecida a Dios y me siento feliz porque los encargados del rescate han encontrado a mi hijo y a los otros niños”, explica la madre.
“Me encuentro inmensamente feliz por haberlo visto, aunque sólo haya sido en la pantalla del móvil de uno de los socorristas. Gracias a todas las personas que han orado por nosotros y por los chicos”.
El director del centro Compassion añade: “Deseo daros las gracias por todas vuestras oraciones; ahora sabemos que los chicos se encuentran bien. Estoy verdaderamente agradecido a Dios y estoy convencido de que podrán salir de la gruta de modo seguro”.
Los equipos de socorro han empezado a reducir el agua de la gruta inundada, pero creen que los chicos tendrán que aprender a bucear y nadar para poder ponerse a salvo. Se trata de un proceso largo que podría requerir meses.
Los equipos de socorro trabajan desde el 23 de junio para localizar a los chicos.
Los marines llegan a la gruta para socorrer a los chicos.
Surayut Puengpadung, un joven ex estudiante de Compassion, es uno de los voluntarios del equipo de rescate y fue uno de los primeros en denunciar la desaparición de los chicos. También fue una de las primeras personas en sumergirse en el agua para buscar a los jóvenes.
“Por favor, orad por todos los equipos de rescate”, dice Surayut. “Estamos trabajando muy duro y es muy peligroso. El agua fluye rápidamente y hay corrientes muy fuertes”.
Las iglesias del distrito de Chiang Rai se han reunido para orar por la vida de los chicos y de su entrenador. Algunas estructuras del centro Compassion también se usan como base para la búsqueda.
“Cuando nos pidieron ayuda, aceptamos inmediatamente ofreciendo nuestros espacios a los socorristas”, explica la mujer de un pastor, responsable de uno de nuestros centros Compassione en la aldea de Mhong.
La madre de uno de los chicos ora por su regreso.
Sigamos unidos, sigamos orando en los próximos meses por los chicos, por su entrenador, por las familias y por los equipos de rescate.