Los niños soldado son una tragedia que afecta a miles de niños en todo el mundo. Sin embargo, en Colombia estamos dispuestos a protegerlos de la violencia
El 12 de febrero es el Día Mundial contra el uso de Niños Soldado: los Derechos del Niño prohíben la participación de niños en la guerra, pero, ¿quiénes son los niños soldado?
Los niños soldado tienen entre 5 y 18 años y son obligados, contra su voluntad, a participar en conflictos armados y guerras. Aunque se habla poco de ello, es una realidad que no podemos ignorar.
Estos niños son secuestrados y reclutados por ejércitos y grupos terroristas y paramilitares para luchar en el frente, construir trincheras y otras actividades tan horribles como detectar minas.
Son niños privados de sus derechos y de su infancia, obligados a enfrentarse a la brutalidad, los abusos sexuales y la violencia. Muchos son capturados como rehenes, heridos o asesinados. Todos, sin excepción, sufren traumas físicos y psicológicos que marcarán sus vidas para siempre.
Son utilizados niños soldado en casi todos los conflictos mundiales y hay unos 250.000 niños envueltos en guerras y enfrentamientos armados (estimaciones de UNICEF). Por desgracia, nadie conoce el número exacto: podrían ser muchos más, ya que su reclutamiento es ilegal.
Según datos internacionales, los 10 países con mayor número de niños soldados son:
En Colombia, uno de los países más afectados por el drama de los niños soldado, miles de menores son reclutados como guerrilleros.
Sebastián, antiguo alumno de Compassion y ahora profesor de uno de nuestros centros, se ha comprometido a garantizar que ningún niño o joven se vea obligado a sufrir la violencia de los conflictos armados.
«A los 11 años ya conocía a unos guerrilleros», dice Sebastián. «Intentaron reclutarme varias veces, diciéndome que la única forma de salir adelante en Colombia era a través de la violencia».
Sebastián conoció el amor de Dios a través del centro Compassion y desde entonces tiene un sueño: evitar que otros se conviertan en niños soldado.
«Los niños y jóvenes están expuestos a diario al reclutamiento forzoso. No sólo reciben armas para luchar, sino que también sufren abusos sexuales. A un amigo mío, que se unió a la guerrilla, lo mataron a los dos meses».
Sebastian está convencido: es deber de todos proteger a estos niños. «En Proverbios 31:8, la Biblia dice que debemos defender la causa de los que no tienen voz y por eso debemos defender a los niños vulnerables».
Por eso, Sebastián puso en marcha unas actividades llamadas "Enlace Juvenil" para evitar que se sintieran solos y abandonados. Juntos, aprenden la importancia de estudiar y compartir sus necesidades con los demás para encontrar una solución.
«El trabajo de Compassion tiene un impacto significativo en la vida de las familias. Los padres recurren a nosotros y confían en que les ayudemos a proteger a sus hijos. Cuando los niños son vulnerables, corren el riesgo de verse implicados en guerras», comenta Sebastian.
«Aquí vemos el resultado de la Palabra de Dios en sus vidas: a pesar de vivir en un país violento y peligroso, nuestros hijos estudian y están libres de violencia».
Uno de los niños que participan en el centro es Luis Mario. Tiene 11 años, le encanta estudiar y sueña con ser futbolista. Cuando llegó por primera vez al centro, estaba triste y asustado porque su familia se enfrentaba a muchas dificultades.
Luis Mario vive en un lugar peligroso, rodeado de drogas y bandas armadas. Sin embargo, su vida se está transformando y conseguiremos frenar cualquier amenaza de reclutamiento.
Con tu ayuda, podemos darle a un niño la oportunidad de recibir ayuda y apoyo.
Apadrina ahora: juntos, podemos marcar la diferencia.