Incluso en Colombia, la crisis alimentaria está azotando a niños y familias en situación pobreza. Para poder alimentar a las familias se ha puesto en marcha un proyecto agrícola.
Juna es una sonriente niña de 11 años que vive en un pueblecito de Colombia.
A pesar de que sus padres trabajaban muy duro, los escasos ingresos no son suficientes para garantizar el alimento a su familia. Juna y su hermana se ven obligadas muchas veces, a ir al colegio sin desayunar.
Por este motivo, el pastor Arnaldo, responsable de la iglesia y el centro Compassion del pueblo, tuvo una gran idea: no solo ayudar a la familia a recibir alimentos, sino ayudarles a ser autosuficientes.
Así, a través de las donaciones de Compassion, el centro consiguió semillas, pollos y cerdos para más de 50 familias en situación de pobreza, ayudándoles a comenzar su propia actividad agrícola.
«Cuando enseñamos a las familias cómo cuidar de su huerto, sabemos que este aprendizaje les ayudará a largo plazo y les permitirá mejorar su calidad de vida», dice Arnaldo.
Juna y su familia están muy felices de formar parte de esta iniciativa. Han recibido 30 gallinas, semillas y ayuda para realizar la instalación de un sistema de riego que les garantizará una buena cosecha.
Además, la madre de Juna, después de realizar un curso de formación en el centro Compassion, sabrá cuidar de los animales.
A Juna le encanta ayudar a sus padres: alimenta a los animales, riega las plantas y ayuda con la recogida de la cosecha. Cuando la familia tiene que vender las gallinas, Juna se levanta temprano para ir al mercado y luego se marcha al colegio.
Su familia es un ejemplo del éxito de esta intervención: aunque empezar no fue fácil por la falta de experiencia, Juna y su familia saben ahora cómo salir adelante y empiezan a ver los frutos del trabajo.
«Comenzamos con 30 gallinas, y el número creció hasta 50, luego 100 y ahora tenemos 200. Tenemos también varios tipos de fruta y verdura, como manzanas, cebollas, pepinos y frutos de la pasión para cocinar y para vender a los vecinos», cuenta Juna.
Arnaldo está muy contento de ver que su idea está teniendo éxito a pesar de las dificultades.
«Sin la ayuda del centro Compassion, no habríamos conseguido tener nuestra pequeña granja. Gracias al centro y la ayuda de los que donan, este sueño se ha hecho realidad», comparte Juna.
La pequeña siempre está feliz de ayudar en la granja antes o después de las clases. Adora ver crecer a sus pollitos.
«El centro Compassion es una grande bendición para mi familia y mi comunidad. Ahora tenemos una nueva oportunidad en la vida, ¡que Dios os bendiga!»
Con tu ayuda, podemos darle a un niño la oportunidad de recibir ayuda y apoyo.
Apadrina ahora: juntos, podemos marcar la diferencia.