Egodine, de ocho años, vive in Burkina Faso. Su pueblo no tiene fuentes de agua potable: un grave problema para todos. Pero pronto esta situación cambiará para siempre.
Cada día, Egodine tiene que transportar pesados cubos de agua desde el río hasta su casa. Además, tiene que caminar durante largas horas y es muy arriesgado para su salud.
Parece que las cosas nunca van a cambiar. Egodine y los demás niños tienen que sufrir las consecuencias de la falta de agua potable. Pero ¡Compassion puede cambiar las cosas!
Egodine está inscrita en el centro Compassion, que se encuentra dentro del edificio de la iglesia local: una comunidad de personas que aman servir a los demás.
Por ese motivo, los trabajadores del centro y los voluntarios de la iglesia han pensado que donar agua potable y fuentes a todos los habitantes es el mejor modo de amar al prójimo.
En el centro Compassion, el director Ezeckiel ha dicho que pronto tendremos un pozo que nos cambiará la vida. ¡Mis amigos y yo ni siquiera sabemos lo que es un pozo!
Ezeckiel explica que es una estructura para tener agua limpia: no entiendo cómo funciona, pero ¡qué felicidad! Pronto habrá agua limpia en el centro, que está cerca de mi casa.
Mi tía Nina y yo siempre recogíamos agua del río, pero no está limpia: está llena de barro, sucia y puede causar enfermedades. Quien tiene dinero puede comprar agua potable en la ciudad, pero nosotros no tenemos otra opción.
El viernes escuché un ruido muy fuerte cerca del centro Compassion. Fui corriendo con mis amigas a ver qué era.
Había un grupo de hombres, cansados de un largo viaje. Ezeckiel nos dijo que eran los trabajadores que iban a construir el pozo: necesitaban descansar antes de comenzar a cavar.
«¡No puedo esperar a ver cómo comienzan a trabajar! Todos nosotros – niños, mayores y profesores - estamos sorprendidos viendo el camión tan grande y los tubos largos que transportan.
Todos nos quedamos quietos, fascinados por las enormes nubes de humo que salen del suelo, mientras comienzan las obras. La perforación es difícil y los trabajadores están cubiertos de polvo y barro.
Cuanto más cavan, más se moja la tierra. Todos estamos ansiosos por ver aparecer el agua de las tuberías, tal como nos dijo Ezeckiel.
Los profesores nos dicen que nos alejemos: puede ser peligroso acercarse a las excavaciones, ¡pero es que estamos tan entusiasmados!
Nunca habíamos visto nada parecido: en cuanto el barro dio paso al agua limpia, ¡aplaudimos fuerte y con mucha alegría!
Semanas después de la perforación, otro equipo de trabajadores instaló el depósito de agua y los grifos. Me levanté temprano y corrí al centro: ¡quería estar allí para ver el resultado del trabajo!
Cuando llegamos, algunos niños jugaban cerca del centro, mientras los cocineros estaban ocupados en la cocina. Estando en el aula, por la ventana vi a una mujer llenando un cubo con agua de un grifo. ¡Qué sorprendente!
Quando siamo arrivate, alcuni bambini stavano giocando vicino al centro, mentre i cuochi erano impegnati in cucina. Mentre siamo in aula, dalla finestra ho visto una donna che riempie un secchio d’acqua da un rubinetto. Che sorpresa!
Ezeckiel nos enseñó a utilizar los grifos y a lavarnos las manos. Ahora, llenar un cubo de agua es mucho más fácil que ir al río. He bebido agua de la fuente por primera vez: no tiene olor, es ligera y fresca.
Mientras daba gracias a Dios por el nuevo pozo pensaba: “Ahora soy como los habitantes de la ciudad, el centro Compassion nos da agua limpia ¡como la de la capital!”
La iglesia organizó un acto para celebrar y dar gracias a Dios por el pozo. El pastor oró, pidiendo a Dios que bendijera a los donantes que hicieron posible tener el pozo. Gracias a esta agua, podremos beber, lavarnos y cocinar con seguridad, sin riesgo de enfermedades.
A todos los que han donado y ayudado a Compassion: ¡que Dios os bendiga por haber donado agua limpia!
Compassion existe con el objetivo de liberar a los niños de la pobreza en nombre de Jesús. Basta con leer unas pocas palabras en los Evangelios para descubrir cómo Dios se preocupa por las necesidades de los niños.
“Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa” (Mateo 10:42)
Con tu ayuda, podemos darle a un niño la oportunidad de recibir ayuda y apoyo.