Instrucción y formación

"En mi vida he tenido muchas dificultades; cuando era pequeña no tenía nada; hoy, en cambio estudio en la Universidad. Nunca podré agradecer lo suficiente a las personas que me han ayudado".

Lia, una joven de 18 años, vive en una zona pobre de Indonesia. Gracias a los recursos de Compassion, Lia ha iniciado sus estudios universitarios de Economía.

"Mi gran sueño es acabar los estudios y crear una empresa para ayudar a las personas pobres de mi barrio con actividades artesanales. Mientras ese día llega, me esfuerzo por ser testimonio de amor y alegría entre los jóvenes de mi universidad"..

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"Trabajo con niños de edades diferentes con síndrome de Down; también ayudo a pequeños con discapacidades motoras, autismo y con problemas cognitivos y de aprendizaje, como la dislexia".

Orlando, de 21 años, siempre ha sentido la pasión de ayudar a los demás: "Mi madre, a pesar de ser pobres, siempre me ha enseñado a cuidar del prójimo".

"Compassion me ha dado la oportunidad de estudiar. Provengo de una familia muy pobre, pero siempre he soñado con poder hacer algo útil para los demás. Por este motivo, el personal del centro Compassion me aydudó a participar en un curso de psicomotricidad; me encanta trabajar con los niños... ¡y ellos me enseñan a tener paciencia!".

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"Era pequeña, pero ya tenía muy claro lo que quería hacer de mayor: quería ser médico porque en mi región la población es pobre y no tiene acceso a los tratamientos médicos".

Pichayanung, de 25 años, es proveniente de la zona fronteriza entre Thailandia y Birmania. Pertenece al grupo étnico Karen: discriminados por las autoridades, los niños y los adultos no tienen un acceso fácil a las escuelas o a la sanidad.

"Compassion me ayudó a estudiar y tras haber finalizado el bachillerato pude ir a la Universidad y conseguir mi licenciatura. ¡Es un gran privilegio! Hoy trabajo como fisioterapeuta y doy las gracias a Dios por las oportunidades que la vida me ha brindado. Quiero dar a los demás todo lo que yo he recibido".

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"Cuando tenía tan sólo cuatro años, mis padres decidieron marcharse de casa para buscar trabajo. No entendía lo que ocurría a mi alrededor; recuerdo que me encontré viviendo con mi tía, lejos de mis padres y mis hermanos".

En la actualidad Sameson tiene 25 años y aún sufre cuando recuerda aquellos difíciles días. "Me sentía triste, pero poco tiempo después, mi tía me inscribió en el centro Compassion; entré a formar parte de un mundo de amor".

"Desgraciadamente, mis resultados escolares no eran buenos; no pude finalizar mis estudios. Para mí fue un gran fracaso, pero el personal del centro Compassion me animó y me inscribió a un curso de carpintería. Así fue como descubrí mi pasión; hoy tengo un taller donde trabajo y enseño a los niños y jóvenes de mi antiguo centro Compassion a trabajar con la madera".

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