Eyerus y Meseret, dos gemelas huérfanas de Etiopía, pueden estudiar. Tu donación puede llevar la esperanza a otras niñas como ellas.
Mekdes tiene 18 años; recientemente perdió a su madre a causa de una enfermedad inesperada. Esta situación es habitual en Etiopía, especialmente entre mujeres y niños. La joven se encuentra sola actualmente y tiene que ocuparse de sus hermanas gemelas de 7 años, Eyerus y Meseret.
También su padre falleció hace tiempo; su madre era quien se ocupaba de las hijas: trabajaba para poder ofrecerles al menos una comida al día; las quería más que a su vida… y tenía un sueño: quería que sus tres hijas estudiaran para ofrecerles un futuro mejor que el suyo.
Mekdes estudiaba en Addis Abeba, pero tras la muerte de su madre su vida cambió, ¿qué podía hacer? Sus hermanas pequeñas la necesitaban, no podía seguir estudiando. Después del funeral tuvieron que enfrentarse a la cruel realidad: la joven empezó a trabajar en una obra de construcción a cambio de 70 míseros bir al día (3 euros); una cantidad insuficiente para comprar alimentos.
Ésta es una historia común en Etiopía: el número de huérfanos crece cada vez más a consecuencia de enfermedades sin curar, hambre y conflictos. Los hermanos y hermanas mayores tienen que hacerse cargo de los pequeños: abandonan sus estudios esperando encontrar un trabajo, pero frecuentemente acaban pidiendo limosna y expuestos a toda clase de peligros. Podría haber sucedido a las tres hermanas, pero.
Hace poco tiempo, Mekdes conoció a un grupo de personas que cuidaban a niños en situaciones de riesgo como sus hermanas: eran trabajadores de un centro de Compassion. Con mucho valor, cogió a Eyerus y a Meseret de la mano y pidió ayuda para ellas. Ahora tienen alimentos, artículos de primera necesidad y todo lo necesario para tener una vida digna.
Pero aún hay más; gracias a la generosidad de un donante y a nuestro esfuerzo, las pequeñas acuden a la escuela, tienen una mochila llena de cuadernos, libros, lápices, regla y goma.
“Sin la ayuda del centro Compassion no sé cómo habría podido ayudar a mis hermanas”, explica Mekdes. “Mi sueño es verlas crecer y seguir acudiendo a la escuela, como le hubiera gustado a mi madre. Doy las gracias a Dios por todo lo que estamos recibiendo. Pronto yo también volveré a la escuela, ¡lo estoy deseando!”
Para los niños abandonados a su suerte, existe una gran pobreza además de la física y material: la falta de afecto y cuidados. Para Mekdes, Eyerus y Meseret, la ayuda del centro Compassion ha sido fundamental. Todo ésto no habría sido posbile sin la presencia preciosa y el amor de personas como tú.
También puedes aportar una donación mediante transferencia bancaria indicando en el concepto "Instrucción y formación" (IBAN ES47 2100 3060 5322 0185 5587)
Recuerda: tus donaciones gozan de beneficios fiscales y son desgravables en la declaración de renta.