En El Salvador, nuestros centros se han preparado cuidadosamente para proteger a los niños y a sus familias del contagio del Coronavirus. A continuación, puedes descubrir cómo.
Keiry tiene 10 años. Su sonrisa se esconde detrás de una mascarilla que ha recibido en el centro Compassion, donde ha participado en un curso de prevención de Coronavirus.
Esta niña vive en Macjula, una aldea de El Salvador, tristemente famosa por la violencia de las baby gang y por la extrema pobreza. Aquí, el sistema sanitario es deficiente y no puede estar a la altura para cubrir las necesidades de la población.
A pesar de que se han confirmado poquísimos casos Covid-19 en el país, también El Salvador ha decretado el estado de emergencia.
El decreto de una cuarentena nacional, ha cerrado todas las escuelas durante tres semanas, ha prohibido las reuniones de más de 500 personas y ha impedido a turistas y visitantes extranjeros la entrada al país.
Por este motivo, nuestros centros se han visto obligados a limitar temporalmente algunas actividades normales.
En cualquier caso, todos los niños de nuestros centros seguirán recibiendo provisiones de alimentos para ellos y para sus familias. También recibirán un apoyo médico constante, aunque en modo diferente respecto al pasado más inmediato.
Aquí, casi un tercio de la población del país vive en situación de pobreza extrema, con poco más de 1€ al día. Según algunos analistas, los salvadoreños más pobres y marginados representan el grupo de riesgo más elevado.
“Somos un país vulnerable. Pocas personas tienen la posibilidad de encontrar un buen doctor o cuidados adecuados”, explica Rafael Guerrero, responsable de un centro Compassion.
Por este motivo, todos los trabajadores y voluntarios de Compassion en el país, se han apresurado a organizar encuentros de formación y prevención para los niños y sus familias.
Junto a las iglesias colaboradoras, hemos entregado kits médicos, mascarillas y desinfectantes a los niños, a los adolescentes y a sus familias.
En el centro Compassion “Generación Para Cristo”, todos los niños han recibido un kit con desinfectantes, mascarillas, provisiones de alimentos y vitaminas.
Isaias, uno de ellos, explica: “Durante el curso de prevención, los maestros de Compassion nos dijeron que tenemos que lavarnos siempre las manos porque es un método eficaz para luchar contra bacterias y virus. Si nos tocamos la cara, los ojos, la boca o la nariz con las manos sucias, corremos el riesgo de enfermar”.
“Los maestros también nos han explicado cuál es la manera correcta de lavarse y cómo usar una mascarilla”, explica Elisa, otra niña del centro.
Elisa ha comprendido todo lo que tiene que hacer y ha compartido las buenas prácticas de prevención con sus amigos, vecinos y familiares.
También sabe que podrá contar siempre con nuestros trabajadores: “Aunque durante un tiempo no podré acudir a la escuela, en el centro Compassion encontraré siempre maestros y médicos que podrán ayudarme. Los voluntarios seguirán distribuyendo alimentos y bienes de primera necesidad. ¡Para mi familia es una bendición!”
Para prepararnos y ayudar a los niños y a las familias en situación de pobreza cuando más lo necesitan. También durante las emergencias