Hoy es el Día de la mujer, una jornada para honrar y celebrar a las mujeres de todo el mundo.
Es un día para recordar la razón por la cual las niñas, las chicas y las mujeres de todo el mundo son increíbles.
En la historia de la Humanidad, millones de mujeres han sido víctimas de abusos y han sido oprimidas y maltratadas.
Pensemos en las chicas a las que queman como si fueran brujas. Enterradas vivas, ahogadas o abandonadas entre montañas de basura hasta morir de hambre. Víctimas de maltrato físico por querer ir a la escuela.
Pensemos a las mujeres escondidas tras metros de tela negra. Secuestradas o víctimas de abusos sexuales. Chicas y mujeres a las que se les niega la educación, el derecho a voto, la propiedad, la posibilidad de conducir un coche o la igualdad de sueldo. Una de cada cinco mujeres es víctima de una violación. Una de cada cuatro es víctima de violencia doméstica por parte de su compañero.
Aún así, a pesar de todas estas dificultades…
Las mujeres son fantásticas porque no se rinden nunca.
Porque no cesan en su intento de poder ir a la escuela. Porque no dejan de dar a luz a nuevas generaciones, con infinita esperanza en el futuro. Porque no cesan de defender la dignidad y la libertad.
Las niñas y las chicas empiezan a luchar desde el momento en que nacen. En las unidades de cuidados intensivos de pediatría, las niñas tienen más posibilidades de sobrevivir que los niños.
Las chicas demuestran que pueden llegar muy lejos cuando alguien decide apostar por ellas. Gracias a los microcréditos en los países en vías de desarrollo, las mujeres ponen demuestran que son unas empresarias excepcionales y les encanta invertir sus ganancias para el bien de sus comunidades.
Las mujeres nunca dejan de querer cambiar el mundo para convertirlo en un lugar mejor.
Yo tengo la oportunidad de ayudar y apostar por las vidas de muchas niñas especiales. Soy madrina de una niña llamada Vona. Tiene 5 años y vive en Togo.
Mi oración por ella y por todas las chicas invisibles es que puedan crecer y convertirse en mujeres que resisten. Mujeres que afrontan todas las dificultades, los obstáculos y la discriminación que se les presentan. Mujeres que experimentarán y expresarán plenamente el amor de Dios.
Mi oración para todos nosotros es que podamos mirar a las niñas, a las chicas y a las mujeres de todo el mundo como tesoros valiosos. Que podamos invertir nuestros recursos económicos, espirituales y emocionales en sus vidas. Que podamos dar a todas las niñas del mundo la única cosa que necesitan: una posibilidad más.
Texto de Sarah Thebarge, oradora internacional para Compassion y autora del libro “Las chicas invisibles”
